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María Gala
¿Qué podemos aportar los arquitectos especialistas en la redacción de los planes funcionales de futuros hospitales?
Tradicionalmente los arquitectos hemos necesitado dos cosas para poder empezar a redactar un proyecto: un emplazamiento y un plan funcional. El emplazamiento y el plan funcional habitualmente lo proporciona el cliente. ¿Cuántas habitaciones quiere que tenga su casa? Esta pregunta, en el mundo de la arquitectura hospitalaria, rara vez se ha podido formular porque los arquitectos hemos empezado a trabajar con un plan funcional ya redactado. Desde PMMT llevamos muchos años trabajando con estos complejos programas funcionales, hasta que nos hemos dado cuenta de que los arquitectos especialistas podemos aportar mucho en esta fase tan importante del proyecto.
Un plan funcional no es, o no debería ser, un mero listado de estancias y superficies. Debe reflejar cuál es el modelo de gestión del cliente y, por tanto, ha de ser personalizado. Los planes funcionales, hoy en día, son más adecuados para dar respuesta al modelo asistencial que al modelo arquitectónico. Sin embargo, es en esta fase cuando se debe decidir cuál va a ser el modelo arquitectónico y esto solo se garantiza a través de nuevas metodologías de redacción de planes funcionales. Las decisiones que se tomen en el plan funcional condicionarán directamente el proyecto arquitectónico y es por eso por lo que el papel del arquitecto especialista en esta fase es fundamental.
Aunque nos pueda parecer a priori que el plan funcional es territorio exclusivo de consultorías médicas, los arquitectos especialistas tenemos aptitudes y conocimientos que pueden dar mucho valor en esta fase inicial del proyecto. Un buen planteamiento arquitectónico inicial permite ofrecer nuevas y mejores maneras de trabajar. Podemos proponer diversos modelos de servicio que resuelven las necesidades del cliente y le permiten escoger el que más se ajusta a su modelo de gestión. Tenemos la capacidad de entender espacialmente un servicio y ver la manera de optimizarlo, aportando soluciones funcionales innovadoras que consigan el mejor funcionamiento y minimicen recursos. Podemos dar coherencia arquitectónica a los metrajes de las salas, sabiendo lo que significan los metros, lo que cabe y lo que no cabe, ajustándonos a las necesidades en cada caso. Podemos conocer el coste aproximado del edificio antes de llegar a las fases más costosas del proyecto y obra y, por tanto, permite al cliente ajustar su inversión en caso de necesidad. Construir un edificio hospitalario requiere una gran inversión y no hay mayor ahorro que lo que no se construye, por eso es tan importante la decisión de qué queremos construir. Además, el trabajo conjunto entre cliente y arquitecto permite incorporar en esta fase inicial los diferentes estudios arquitectónicos que tienen incidencia en la funcionalidad, reduciendo las incertidumbres posteriores y avanzando con seguridad y velocidad.
En PMMT apostamos por ello y desde hace ya unos años estamos ofreciendo a nuestros clientes una ayuda a modo de consultoría en la fase de plan funcional. Un caso de éxito es la nueva Clínica Girona, cuya obra acaba de empezar. A la Clínica Girona, con más de 80 años de historia y situada en el centro de la ciudad, se le había quedado pequeña la casa. Dado que en su ubicación actual no podía crecer, se decidió cambiar su emplazamiento y construir una más grande. Pasarían de los 13.000m2 actuales a los más de 40.000 m2 de la futura Clínica. Para ello necesitaron, en primer lugar, un plan funcional y ahí fue cuando contactaron con nosotros.
La realización del plan funcional fue un trabajo codo con codo entre la Clínica y un equipo multidisciplinar formado por nuestra empresa de arquitectura especializada –PMMT- y un gran especialista en la redacción de planes funcionales como es el Dr. Albert Recolons. El proceso, que duró unos seis meses, pasó por una serie de reuniones con cada uno de los diferentes servicios, donde pudimos conocer sus problemas, necesidades, maneras de trabajar y voluntades. Todo eso lo analizamos en profundidad y fuimos proponiendo, en cada caso, el modelo de servicio que más se ajustaba a sus necesidades. Para ello hicimos uso de una nueva metodología de redacción de planes funcionales que llamamos Plan Funcional 3D.
El plan funcional 3D consiste en utilizar una serie de gráficos y diagramas para plasmar gráficamente las salas y metros que hay en un plan funcional tradicional. Es un método que identifica los modelos tipológicos más óptimos y muestra claramente y gráficamente cual es la propuesta organizativa de cada servicio, sus diferentes áreas, los flujos, las entradas, las conexiones con otros servicios e, incluso, los requerimientos arquitectónicos como por ejemplo la luz natural. El plan funcional 3D muestra además la relación entre todos los servicios, la colocación de estos servicios en una sección ideal por plantas y proporciona un presupuesto aproximado de la obra. Podríamos decir que es casi como un ante proyecto funcional del edificio sin diseño arquitectónico. El plan funcional 3D mejora la comunicación con el cliente porque la información es más fácil de comprender a través de una formalización esquemática en 3 dimensiones del programa funcional. Esta metodología fomenta la participación de todos los implicados en base a un lenguaje común que aporta más valor al proceso.
Con el plan funcional 3D de la Clínica Girona se consiguió un plan funcional con unos metros muy estudiados y trabajados mano a mano con el cliente, reflejo de su modelo de gestión. Generamos nuevos estándares funcionales desde la innovación, consiguiendo servicios más personalizados y eficientes y, por tanto, más productivos y rentables. El cliente pudo comprender fácilmente y validar cual era el funcionamiento de todos los servicios de la futura clínica que, a posteriori, se replicarían en distribuciones reales y han sido base del éxito del proyecto arquitectónico.